El Caballo y el Soldado
En tiempos de guerra, un valiente soldado confiaba su vida a su leal caballo. Juntos, enfrentaron numerosas batallas, y el soldado siempre se aseguraba de que su caballo estuviera bien alimentado con cebada, manteniéndolo fuerte y saludable para la lucha.
Sin embargo, una vez terminada la guerra, la vida del caballo cambió drásticamente. De ser un noble corcel de batalla, se convirtió en un simple animal de carga, utilizado para trabajos serviles y arrastrando pesados bultos. Su dieta, una vez rica en cebada nutritiva, fue reemplazada por simple paja.
Cuando estalló una nueva guerra, el soldado, deseoso de volver a la batalla, aparejó a su caballo con la armadura y se montó sobre él. Pero el caballo, debilitado por el descuido y la mala alimentación, apenas podía mantenerse en pie. Tras varios intentos fallidos de avanzar, el caballo se detuvo y le dijo a su dueño: «Vete mejor a pie entre los infantes. Me has tratado como a un asno, y ahora, cuando necesitas un caballo, me encuentro sin fuerzas. No puedes esperar que recupere mi vigor y espíritu tan rápidamente.»
La fábula del caballo y el soldado nos enseña sobre la importancia de mantener y cuidar nuestras fortalezas y recursos, incluso en tiempos de paz o de menor necesidad. Nos recuerda que la preparación y el cuidado constantes son esenciales para enfrentar desafíos futuros con éxito.