El Lobo y el Asno

El Lobo y el Asno

En un bosque donde los lobos habían vivido siempre en constante lucha por la supervivencia, uno de ellos fue elegido rey. Este lobo rey, buscando una manera de mantener la paz entre sus súbditos, decretó una nueva ley: todo lo que cada lobo capturase debía ser puesto en común y repartido equitativamente entre todos. Así, pensó, se evitarían las peleas y la desesperación en tiempos de escasez.

Sin embargo, mientras promulgaba esta ley, un asno que pasaba por ahí escuchó sus palabras. Observando al lobo rey, el asno notó algo sospechoso y comentó con astucia: «Es una magnífica idea la que ha brotado de tu corazón, pero ¿por qué has escondido tu propio botín en tu cueva? Deberías llevarlo a la comunidad y repartirlo también, conforme a tu propio decreto.»

El lobo rey, sorprendido y avergonzado al ser descubierto en su hipocresía, no tuvo otra opción que derogar su ley, enfrentándose a la crítica de su propio pueblo.

La historia del lobo y el asno se convirtió en una moraleja fundamental: si alguna vez tienes el poder de legislar o liderar, debes ser el primero en cumplir tus propias leyes y principios. El verdadero liderazgo se muestra no solo en palabras, sino en el ejemplo que se da a los demás.