El Mago del Arpa

En el corazón de los vastos llanos de Colombia, Mesé Figueredo, conocido como el mago del arpa, era el alma de todas las festividades. Su habilidad para tocar el arpa no solo entretenía, sino que también inspiraba alegría y baile. Sin embargo, una trágica noche, enfrentó una brutalidad que puso a prueba su espíritu y su arte.

El Mago del Arpa: Una Historia de Resiliencia y Arte.

En los vastos llanos de Colombia, la figura de Mesé Figueredo era sinónimo de fiesta y alegría. Conocido como el mago del arpa, su presencia era esencial en cualquier celebración. Las cuerdas de su arpa, bajo la danza de sus dedos, traían una alegría que hacía danzar los corazones y moverse los pies.

Una noche, mientras Mesé Figueredo viajaba a una boda, la tragedia se abalanzó sobre él. En un sendero solitario, ladrones lo asaltaron brutalmente. Iba el montado en su mula, y en otra, llevaba su preciada arpa. Los ladrones lo atacaron sin piedad, dejándolo por muerto en el camino, un mero bulto manchado de barro y sangre.

Al día siguiente, alguien lo encontró en ese lamentable estado. Entre el dolor y la penumbra, Mesé Figueredo pronunció con voz débil:

  • «Se llevaron las mulas.»

Luego, con un suspiro, agregó:

  • «Y se llevaron el arpa.»

Pero, incluso en medio de su sufrimiento, una chispa de su espíritu indomable brilló. Con una risa tenue, pero significativa, declaró:

  • «Pero no se llevaron la música.»

La Música del Corazón: Un Legado Inquebrantable.

«El Mago del Arpa» es más que un cuento de pérdida; es una oda a la resistencia del espíritu humano y al poder del arte. A través de la historia de Mesé Figueredo, aprendemos que la verdadera música reside en el corazón y la mente, y nunca puede ser silenciada. Su desafío ante la adversidad nos recuerda que el arte y la belleza son tesoros eternos, inmunes a la destrucción material.