La fábula ‘El Médico y el Paciente que Murió’, narra la historia de un médico reconocido y un paciente gravemente enfermo, y despliega una lección sobre la importancia del tiempo y la oportunidad en el consejo y la acción.
El Médico y el Paciente que Murió: Una Fábula sobre Oportunidad y Sabiduría.
En una pequeña ciudad, vivía un médico de renombre pero con poco tino en el momento de dar consejos. Entre sus pacientes, había un hombre gravemente enfermo, al que el médico trataba con diversas medicinas y remedios. A pesar de sus esfuerzos, el paciente empeoró y finalmente falleció.
El día del funeral, el médico se acercó a la familia del difunto y, con una actitud de sabiduría tardía, comenzó a hablar sobre lo que el paciente debería haber hecho para salvarse. «Si él se hubiera abstenido del vino y hubiera seguido un régimen de lavativas riguroso, no estaríamos aquí hoy», dijo con tono de autoridad.
Un familiar, que escuchaba las palabras del médico, se acercó y respondió con una mezcla de tristeza y reproche: «Doctor, sus palabras son como un medicamento que llega tarde. ¿De qué sirven ahora sus consejos si no fueron dados cuando más se necesitaban? Su sabiduría, pronunciada en el momento adecuado, podría haber salvado una vida.»
Moraleja de «El Médico y el Paciente que Murió»:
La fábula ‘El Médico y el Paciente que Murió’ nos enseña que la sabiduría y los consejos deben ser aplicados en el momento correcto para ser efectivos. Resalta que el conocimiento es valioso solo cuando se usa de manera oportuna y que ofrecerlo demasiado tarde es tan inútil como no ofrecerlo en absoluto.