El Portero del Botiquín

El Portero del Botiquín: Un Camino Hacia el Éxito

En un pequeño pueblo, el oficio más humilde era ser portero del botiquín. Un hombre, sin saber leer ni escribir, había dedicado su vida a este trabajo. Pero un día, un joven emprendedor tomó las riendas del botiquín y decidió modernizarlo. Entre sus nuevas exigencias, pidió al portero que preparara un informe semanal, algo imposible para él por su analfabetismo.

Desconsolado por perder su trabajo de toda la vida, el hombre recordó que solía hacer pequeñas reparaciones en el botiquín. Decidió usar su indemnización para comprar una caja de herramientas y ofrecer servicios de reparación. Aunque no había ferretería en el pueblo y debía viajar dos días en mula para comprar las herramientas, se embarcó en esta nueva aventura.

Pronto, un vecino le pidió prestado un martillo. Al día siguiente, el mismo vecino le ofreció pagarle por el martillo y los días de viaje necesarios para comprar uno nuevo. El ex-portero aceptó y realizó el viaje. A su regreso, otro vecino quería comprarle más herramientas, dispuesto a pagar por el tiempo de viaje y una pequeña ganancia.

El ex-portero vio una oportunidad de negocio. Comenzó a viajar semanalmente, trayendo herramientas para los vecinos y evitándoles el largo viaje. Eventualmente, abrió la primera ferretería del pueblo, que se convirtió en un próspero negocio. Los fabricantes comenzaron a enviarle sus pedidos directamente, y con el tiempo, expandió su negocio a comunidades cercanas.

Innovador, comenzó a fabricar sus propias herramientas, colaborando con un amigo tornero. En diez años, se transformó en un próspero fabricante de herramientas y un hombre de gran riqueza.

Decidió dar algo a cambio a su comunidad y construyó una escuela donde, además de leer y escribir, se enseñarían oficios prácticos. Durante la inauguración, el alcalde le pidió que firmara el libro de honor de la escuela. El hombre, con humildad, reveló que no sabía leer ni escribir. Ante la sorpresa del alcalde, quien se preguntó qué hubiera sido de él si hubiera tenido educación, el hombre respondió con serenidad: «Si hubiera sabido leer y escribir, seguiría siendo el portero del botiquín».

Reflexión: El Portero del Botiquín

Este cuento reflexivo resalta la importancia de la resiliencia y la capacidad de adaptarse a los cambios. Demuestra cómo, incluso sin educación formal, la determinación y el ingenio pueden llevar al éxito y a la transformación personal.