«El Real del Zapatero» es un cuento clásico que nos ofrece una historia llena de ingenio y lecciones sobre la avaricia y la astucia. A través de las peripecias de un zapatero y un sastre, descubrimos cómo la obstinación y la creatividad pueden llevar a situaciones inesperadas y reveladoras.
Explorando la Astucia y las Consecuencias de la Avaricia en «El Real del Zapatero»
Había una vez un zapatero cicatero y cabezota cuyo vecino, un sastre, le debía un real. El sastre, endeudado con muchos en el pueblo y sin dinero para pagar, decidió fingir su muerte para librarse de las deudas. Se tumbó en un banco de la cocina, inmóvil, mientras su mujer atendía a los acreedores, incluyendo al panadero y al lechero, quienes al enterarse de su ‘muerte’, perdonaron sus deudas.
Sin embargo, el zapatero, insistente en recuperar su real, no cedió. Los vecinos le propusieron que velara al difunto toda la noche, según la costumbre del pueblo. El zapatero aceptó, pensando en trabajar en unas botas a la luz de las velas y así ahorrar en su casa.
Esa noche, llevaron al sastre a la iglesia en un ataúd. El zapatero se instaló cerca con sus herramientas, dispuesto a trabajar mientras velaba. El sastre, en realidad dormido en el ataúd, y el zapatero, trabajando, pasaron la noche en la iglesia.
Pasada la medianoche, el zapatero oyó ronquidos provenientes del ataúd y sospechó que el sastre no estaba muerto. Se acercó para despertarlo, pero en ese momento escuchó voces en la puerta y se escondió en el coro.
Cinco hombres entraron con alforjas llenas de doblones de oro, fruto de un robo. Discutieron sobre cómo repartir el botín, mientras el sastre, despertado por el ruido, observaba desde el ataúd y el zapatero desde su escondite.
Uno de los ladrones, apodado Bobón, se distrajo con el ataúd y quiso probar su espada en el ‘muerto’. El zapatero, preocupado por el sastre y su real, ideó un plan. El sastre, colaborando, se levantó del ataúd gritando y el zapatero causó un gran estruendo en el coro.
Los ladrones, asustados por los ‘difuntos’, huyeron dejando el dinero. El sastre y el zapatero, felices, se repartieron el botín. Pero el zapatero, aún cabezota, exigió su real. Los ladrones, al oír los gritos del zapatero, pensaron que había miles de ‘difuntos’ y huyeron del pueblo para siempre.
Al día siguiente, el sastre, ahora rico, pagó sus deudas y pidió perdón a sus vecinos. Desde entonces, él y su esposa vivieron cómodamente hasta el fin de sus días. Y así, colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Análisis y Moraleja de «El Real del Zapatero»:
Este cuento clásico nos enseña sobre la importancia de ser astutos y adaptarnos a situaciones inesperadas, así como las consecuencias de la avaricia y la obstinación.
Nos muestra cómo la fijación en pequeñeces puede desviarnos de oportunidades más significativas y cómo el reconocimiento de nuestros errores es fundamental para mantener relaciones saludables.
Conclusión:
«El Real del Zapatero» es más que un cuento de humor; es una fuente de enseñanzas morales sobre la avaricia, la astucia y la importancia de la empatía y el perdón.
Nos recuerda que, aunque a veces nos cegamos por pequeñas ganancias, la astucia y la adaptabilidad son claves para superar desafíos y mejorar nuestras relaciones con los demás.