En un pequeño pueblo, un joven, desbordado por la inseguridad y el desánimo, buscó la sabiduría de un anciano maestro. «Vengo a ti, maestro, porque me siento insignificante y sin valor. Todos me critican, diciendo que soy inútil y torpe. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué debo hacer para que me valoren más?»
El maestro, con una mirada serena, respondió: «Lamento decirte que no puedo ayudarte ahora, estoy resolviendo un problema propio. Pero si me ayudas, quizás luego pueda asistirte.» El joven, aunque desilusionado, aceptó.
El maestro le entregó un anillo de apariencia valiosa. «Lleva este anillo al mercado. Véndelo por no menos de una moneda de oro y regresa con el dinero lo más pronto posible.» El joven tomó el anillo y partió hacia el mercado.
Al llegar, ofreció el anillo a los mercaderes, quienes mostraron interés hasta que escucharon el precio. Después de muchos intentos fallidos y consejos de que una moneda de oro era demasiado para el anillo, el joven regresó, desalentado, al maestro.
«Maestro, no pude vender el anillo por una moneda de oro. Tal vez podría obtener algunas monedas de plata, pero no quiero engañar a nadie sobre su verdadero valor.»
El maestro sonrió y dijo: «Antes de vender el anillo, debemos conocer su verdadero valor. Ve al joyero y pregúntale cuánto pagaría por él, pero no lo vendas.»
El joven fue al joyero, quien examinó el anillo cuidadosamente y ofreció 58 monedas de oro, diciendo que con más tiempo, podrían obtenerse hasta 70. El joven, asombrado, regresó al maestro con la noticia.
«Siéntate,» dijo el maestro. «Eres como este anillo: una joya valiosa y única. Solo un verdadero experto puede apreciar tu verdadero valor. ¿Por qué buscas la aprobación de aquellos que no pueden ver tu verdadero valor?»
Con estas palabras, el maestro se colocó nuevamente el anillo en su dedo, dejando una lección inolvidable en el corazón del joven.
Reflexión:El Verdadero Valor del Anillo
Este cuento de Jorge Bucay busca transmitir un mensaje sobre el autoconocimiento y la autoestima, recordándonos que nuestro verdadero valor no siempre es reconocido por todos, y que es importante saber a quién le damos el poder de evaluarnos.