La Comadreja y la Lima
En un pequeño taller de herrero, habitaba una comadreja astuta, siempre en busca de aventuras y desafíos. Un día, mientras exploraba curiosa entre las herramientas, encontró una lima cubierta de polvo de hierro. Fascinada por su brillo y textura, la comadreja comenzó a lamer la lima con entusiasmo, creyendo que estaba consumiendo el metal.
Sin embargo, lo que no sabía era que, con cada lamida, su lengua se raspaba contra los bordes afilados de la lima. Pronto, comenzó a sentir un dolor ardiente y notó que su lengua sangraba. En lugar de detenerse y reflexionar sobre lo que estaba sucediendo, la comadreja se sintió triunfante, creyendo erróneamente que estaba desgastando la lima.
La comadreja, consumida por su falsa victoria, siguió lamiendo hasta que, exhausta y gravemente herida, se dio cuenta de su error. Pero ya era demasiado tarde, había perdido su lengua y con ella su capacidad para degustar y hablar.