La Corneja Fugitiva

La Corneja Fugitiva

En un pequeño pueblo, un hombre logró capturar una corneja. Al ver su habilidad para volar y su inteligencia, decidió no encerrarla en una jaula, sino atarle un hilo a una pata y regalársela a su hijo como mascota. La corneja, acostumbrada a la libertad del cielo abierto, se encontró de repente en un mundo de limitaciones y restricciones.

Cada día, la corneja miraba con anhelo el cielo, añorando su vida anterior. Una tarde, cuando el hijo del hombre se descuidó, la corneja vio su oportunidad y, con un fuerte aleteo, se lanzó al aire, tratando de regresar a su nido. Pero su plan de fuga no salió como esperaba. El hilo atado a su pata se enredó en las ramas de un árbol, dejándola atrapada e incapaz de volar.

Colgando de la rama, luchando inútilmente por liberarse, la corneja se lamentó de su situación: «¡Hecho está! Por no haber sabido soportar mi vida entre los hombres, ahora me veo privada no solo de mi libertad sino también de la vida.»

La fábula de la corneja fugitiva se convierte en una reflexión sobre la libertad y los riesgos asociados a la búsqueda de nuestros deseos más profundos. Nos enseña que, aunque es natural anhelar la libertad y resistir la opresión, debemos ser conscientes de los riesgos involucrados en nuestras acciones, especialmente cuando buscamos recuperar lo que hemos perdido.