La Víbora y la Zorra
En un bosque atravesado por un río impetuoso, una víbora se encontró en apuros. Arrastrada por la corriente, luchaba por mantenerse a flote. En su desesperación, se enroscó alrededor de una maraña de espinas que flotaba río abajo. La víbora, conocida por su naturaleza traicionera y venenosa, se aferraba a su salvación improvisada, mientras las aguas turbulentas la llevaban sin rumbo.
En la orilla, una astuta zorra observaba la escena. Acostumbrada a las astucias del bosque y conocedora de las mañas de la víbora, la zorra no pudo evitar hacer un comentario irónico al ver la situación. «¡Vaya! ¡Para tal clase de barco, tal piloto!», exclamó con una sonrisa burlona. La zorra no sentía ninguna simpatía por la víbora, sabiendo de sus acciones maliciosas en el pasado.
La fábula «La Víbora y la Zorra» nos enseña que a menudo nos encontramos en situaciones que reflejan nuestra propia naturaleza. Las personas que viven y actúan de manera perversa o dañina, como la víbora, tienden a encontrarse en circunstancias igualmente adversas o peligrosas. Esta historia nos recuerda que nuestras acciones y nuestro carácter tienen un impacto en el tipo de situaciones que atraemos o en las que nos encontramos.