Después de un día agotador, un padre se enfrenta a una pregunta inesperada de su hijo, desencadenando una serie de eventos que le enseñan una lección invaluable. Este cuento nos lleva a través de un viaje emocional, recordándonos lo que realmente valoran nuestros seres queridos.
Una Hora de Tiempo: Un Recordatorio de lo que Verdaderamente Importa.
Tras un extenuante día de trabajo, un hombre regresó a su hogar, llevando consigo el cansancio y la irritación del día. Al abrir la puerta, se encontró con su hijo de cinco años, quien lo esperaba con una pregunta en los labios:
- «Papá, ¿puedo hacerte una pregunta?»
- «Claro, ¿qué es?», respondió el hombre, aun con el peso del día sobre él.
- «¿Cuánto ganas por hora, papá?» La pregunta irritó al hombre, quien, agobiado, respondió bruscamente que eso no era asunto de su hijo. Pero el niño, con la inocencia propia de su edad, insistió en saberlo. Finalmente, el padre reveló que ganaba 20 dólares la hora.
Con un semblante triste, el niño preguntó si podía pedir prestados 10 dólares. Esta solicitud enfureció al padre, quien reprendió al niño por lo que consideró un acto egoísta, enviándolo a su habitación.
Con el tiempo y la calma, el hombre reflexionó sobre su reacción y decidió ofrecer el dinero a su hijo, pensando que tal vez realmente lo necesitaba para algo importante. Al entrar a la habitación del niño, le extendió los 10 dólares con una disculpa.
Para su sorpresa, el niño sacó de debajo de su almohada unos billetes arrugados. Al ver que ya tenía dinero, el padre se sintió nuevamente irritado, pero el niño, contando cuidadosamente el dinero, explicó que ahora tenía 20 dólares.
- «Papá, ahora que tengo 20 dólares, ¿puedo comprar una hora de tu tiempo? Por favor, ven a casa temprano mañana. Me gustaría cenar contigo.»
El Tesoro del Tiempo Compartido: Más Allá del Valor Material.
«Una Hora de Tiempo» nos invita a reflexionar sobre cómo valoramos y utilizamos nuestro tiempo, especialmente con nuestros seres queridos. Nos recuerda que, a menudo, lo que más necesitan de nosotros es nuestra presencia y atención, más que cualquier bien material.